Revisión

Trastorno del espectro autista y cognición social: un estudio de revisión

Autism Spectrum Disorder and social cognition: a review study

Eliana Marcela López Arias
Universidad de Manizales, Colombia
Yeny Lorena López Arias
Universidad de Manizales, Colombia
Juan Bernardo Zuluaga Valencia
Universidad de Manizales, Colombia

Psicoespacios

Institución Universitaria de Envigado, Colombia

ISSN-e: 2145-2276

Periodicidad: Frecuencia continua

vol. 16, núm. 29, 2022

psicoespacios@iue.edu.co

Recepción: 09 Agosto 2022

Aprobación: 01 Diciembre 2022

Publicación: 06 Diciembre 2022



DOI: https://doi.org/https://doi10.25057/21452776.1483

Resumen: En el presente artículo se realizó una revisión de la literatura sobre la relación entre el trastorno del espectro autista (TEA) y la cognición social (CS), la cual permite entender las alteraciones en la comunicación social en el autismo. Para ello se seleccionaron 50 artículos de estudios empíricos publicados en diferentes bases de datos entre el año 2010 y 2021. Los resultados se ordenaron y categorizaron a partir de conceptos relacionales, a través del estudio del arte, encontrando que las investigaciones consultadas convergen en las alteraciones de la CS en el TEA; otros estudios presentan instrumentos para la evaluación de la CS e intervenciones sobre la misma, buscando mejorar las habilidades y competencias en la comunicación en el autismo. Se confirmaron las alteraciones en CS y teoría de la mente (ToM) en población TEA y se evidenció la falta de más estudios sobre el diseño e implementación de intervenciones dirigidas a mejorar la CS en esta población, especialmente centrados en Latinoamérica.

Palabras clave: trastorno del espectro autista, autismo, cognición social, teoría de la mente.

Abstract: A review of the literature is carried out on the relationship between autism spectrum disorder (ASD) and social cognition (CS), which allows us to understand the alterations in social communication in autism. 50 articles of empirical studies published in different databases between 2010-2021 were selected. The results were ordered and categorized based on relational concepts through the review of the state of the art, finding that the research consulted converges on CS alterations in ASD; Other studies present instruments for the evaluation of SC and interventions on it, seeking to improve communication skills and competencies in autism. The alterations in CS and theory of mind (ToM) in the ASD population are confirmed. More studies on the design and implementation of interventions aimed at improving CS in this population and more studies in Latin America are lacking.

Keywords: autism spectrum disorder, autism, social cognition, theory of mind.

Introducción

Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V) el trastorno del espectro autista (TEA) es un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por deficiencias en la comunicación y la interacción social (dificultad en reciprocidad socioemocional, en las conductas comunicativas no verbales empleadas en la interacción social y en el desarrollo, mantenimiento y compresión de las relaciones) de manera persistente y que se manifiesta en los diferentes contextos del sujeto y en la presencia de patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades (American Psychiatric Association, 2013).

Varias investigaciones han documentado que uno de los síntomas centrales del TEA es la dificultad en la comunicación y la interacción social, la cual está relacionada con las alteraciones en la cognición social (CS) y teoría de la mente (ToM), tanto en población infantojuvenil, como en adultos que presentan este trastorno (González-Martínez et al., 2018; Mazza et al., 2014; Zegarra-Valdivia y Chino Vilca, 2017; Orozco-Henao et al., 2021). Es preciso señalar que la identificación de criterios diagnósticos se debe vincular con otros aspectos relacionados con los factores determinantes, ya sean biológicos, psicológicos o sociales. En tal sentido, diversas investigaciones han estudiado las diferencias en las estructuras neuroanatómicas, las cuales han determinado que la trayectoria de desarrollo del cerebro en los niños con TEA es muy diferente a los niños con desarrollo neurotípico (Redcay & Courchesne, 2005). Por lo anterior, estos estudios han determinado las implicaciones del hipocampo al igual que la amígdala, las cuales conforman una relación bilateral en las habilidades sociales y el procesamiento emocional, que intervienen en la cognición social (Adolphs & Tranel, 2004).

Debido a lo anterior, los individuos con TEA presentan dificultades para imaginar la mente de otros, anticiparse a sus respuestas, integrar aspectos cognitivos y afectivos de una situación; asimismo, evidencia dificultades en el reconocimiento de emociones propias y ajenas, lo que termina afectando los procesos de socialización (Mazza, 2017; Ruggieri, 2013).

La cognición social incluye aspectos sociales y cognitivos, y se refiere a una integración de los procesos por los cuales los sujetos perciben señales sociales (percepción social), infieren estados psicológicos de otras personas (teoría de la mente) y, finalmente, generan respuestas emocionales para motivar y modular el comportamiento (empatía) (Atenas et al., 2019, p. 373; Green et al., 2015). En este sentido, cuando hay fallas en la cognición social se evidencian alteraciones en los componentes de teoría de mente, que presentan dificultades en la capacidad para atribuir estados mentales o identificar las intenciones en los demás y, a su vez, generan una disminución de la empatía y/o pobre percepción social (Atenas et al., 2019). Para Happé et al. (2017), la cognición social compone una red amplia de procesos que incluye aspectos como la afiliación y motivación social, reconocimiento de agentes, percepción de movimiento biológico, reconocimiento de emociones, empatía, atención social, aprendizaje social y teoría de la mente.

Este artículo asume la postura teórica de Happé acerca de que la teoría de la mente es un componente de la cognición social, es definida como la capacidad de representar los propios estados mentales y los de terceros (Happé & Frith, 2013; Villanueva Bonilla et al., 2016; Zegarra-Valdivia & Chino Vilca, 2017), y ayuda al reconocimiento de las experiencias, intenciones y pensamientos de otras personas (Atenas et al., 2019). Otros estudios mencionan que las personas con TEA presentan dificultades con la empatía cognitiva y emocional (Grove et al., 2014; Mazza et al., 2014). La empatía cognitiva tiene que ver con la habilidad para identificar pensamientos o sentimientos de los demás y comprender sus razones; por su parte, la empatía afectiva se relaciona con la habilidad de ofrecer una respuesta emocional apropiada al estado mental del otro, adquiriendo así un característica comportamental (Zuluaga, et al., 2017).

De acuerdo a lo anterior, la teoría de la mente y la empatía son base para el autoreconocimiento y el de los demás, ya que son habilidades que se requieren en el momento de interactuar con el otro, puesto que es necesario comprender e identificar lo que el otro desea, piensa y siente, siendo estas necesarias para obtener una respuesta conductual y emocionalmente adecuada y acertada (Zuluaga, et al., 2017). En este sentido, la teoría de la mente y la empatía, se convierten en componentes importantes al momento de explicar las alteraciones cognitivo-socioemocionales en los pacientes con TEA (Zegarra-Valdivia y Chino Vilca, 2017). De acuerdo con lo anterior, el presente estudio proporciona una visión global de la literatura existente sobre la relación entre el trastorno del espectro autista y la cognición social.

Método

Se realizó una búsqueda en diferentes bases de datos como Scopus, ScienceDirect, Dialnet, Springer y en revistas especializadas como Autism and Autism Research, con los siguientes descriptores en inglés “Autism” and “social cognition”. Los criterios de inclusión fueron: a) artículos publicados entre 2016 y 2021 b) artículos producto de investigación, c) artículos publicados en inglés o español. Se excluyeron a aquellos que fueran artículos de revisión, reflexión o teóricos y los que no incluyeran en el título, palabras claves o resumen de las categorías de interés.

Al aplicar los criterios de inclusión y exclusión, en la primera búsqueda se recopilaron 40 documentos. Posteriormente, se realizó una segunda búsqueda en las mismas bases de datos ampliando el rango de publicación entre 2010 y 2015, encontrándose 24 artículos. La revisión avanzada, se llevó a cabo con 64 artículos y el análisis final y la interpretación de los datos se realizó con 50. El proceso de la búsqueda se presenta en la figura 1.

Diagrama de
flujo de la búsqueda y selección de artículos
Figura 1
Diagrama de flujo de la búsqueda y selección de artículos
Fuente: elaboración propia

Resultados

Inicialmente, se presenta un análisis de los estudios revisados, según el año de publicación y el lugar donde se llevaron a cabo las investigaciones, con el fin de identificar el estado actual de las mismas, tanto a nivel nacional como internacional. Esta información se ve reflejada en las figuras 2 y 3. Posteriormente, se presenta el análisis de los resultados en tres interrelaciones estrechas. La Tabla 1 recopila las investigaciones que estudian la cognición social (CS) y la teoría de la mente (ToM) en el trastorno del espectro autista (TEA); la Tabla 2 muestra los estudios que presentan instrumentos de medición de la cognición social en el TEA y finalmente, la Tabla 3 presenta las investigaciones que proponen intervenciones para la cognición social en el TEA.

Años
de publicación
Figura 2
Años de publicación
Fuente: elaboración propia

Nota. Como se observa, entre los años 2017 y 2020 se dio el mayor número de publicaciones sobre el tema de interés, mientras que en el año 2021 hay un descenso significativo en las publicaciones.

Lugares
de publicación
Figura 3
Lugares de publicación
Fuente: Elaboración propia

Nota. En la figura 3 se observa que los países con mayores publicaciones sobre el tema son Estados Unidos, España y Alemania respectivamente. Igualmente, se ve reflejado que en Latinoamérica, Colombia se encuentra dentro de los países con menos publicaciones sobre el tema de interés, con solo dos artículos (o con el 1,5% de los artículos consultados (anexar porcentaje)

Tabla 1
Estudios que analizan la cognición social y la teoría de la mente en el TEA
Autor/año País Muestra Metodología Resultados
Pérez-Vigil et al. (2021) España N= 57 participantes entre 11 y 17 años (18 con TEA, 19 con trastorno obsesivo compulsivo/ TOC, 14 con síndrome de Tourette/ST y 20 sujetos sanos). Se administraron instrumentos para medir el coeficiente intelectual, severidad de síntomas psiquiátricos, pruebas para evaluar teoría de la mente/ToM. Los pacientes con trastornos del neurodesarrollo como el TEA y pacientes con síndrome de Tourette presentaron mayores dificultades en las tareas que evalúan ToM.
Boada et al. (2020) España N= 147 participantes (42 con TEA, 35 con trastorno esquizofreniforme y esquizoafectivo y 70 participantes sanos). Se evaluó a través de la película para la evaluación de la cognición social (MASC). Los procesos cognitivos relacionados con la cognición social están deteriorados en el TEA.
Keifer et al. (2020) Estados unidos N= 34 jóvenes con TEA. Se evaluaron aspectos de la cognición social (implícita y explícita) utilizando medidas electrofisiológicas. Los factores de cognición social implícitos y explícitos mostraron resultados óptimos en el funcionamiento social. Los factores implícitos fueron más predictivos.
Zıvralı Yarar et al. (2020) Inglaterra N= 97 adultos (58 con TEA y 39 sin diagnóstico). Grupo 1= entre 18 y 50 años Grupo 2: >50 años. Se aplicó la escala de inteligencia, la escala de alexitimia, el índice de reactividad interpersonal (IRI) y la prueba de lectura de la mente en los ojos (RMET). El grupo de TEA mostró mayores dificultades en la medida estándar de ToM respecto a los adultos controles; además, se encontró un posible efecto protector de la edad sobre ToM en el TEA.
Vagnetti et al. (2020) Italia N= 65 hombres con TEA y 61 sin diagnóstico. Se aplicó la teoría de grafos a las medidas de la cognición social. En la red de cognición social predomina la desconexión de nodos en pacientes con TEA y la conexión eficiente entre los componentes está ausente.
Alkire et al. (2020) Estados Unidos N= 49 niños con TEA en edad escolar. Se administró la escala de observación para el autismo (ADOS-2) y la prueba breve de inteligencia de Kaufman. Los resultados destacan la importancia que tienen las experiencias emocionales mutuas en el éxito social-interactivo y las limitaciones de las medidas estándar de ToM y el procesamiento social en general en el grupo TEA.
De Veld et al. (2020) Alemania N = 141 niños con TEA entre los 8 y 13 años con un CI >70. Ensayo controlado aleatorio con un grupo de intervención y un grupo control. Se encontró que tener más hermanos o un hermano mayor, se relacionó con mejores resultados en las medidas ToM.
Booules-Katri et al. (2019) España N= 35 pacientes TEA, 30 con trastorno esquizoide y esquizotípico de la personalidad y 36 controles sanos). Edad: 13 a 40 años. Se administró escala de inteligencia, entrevistas de diagnóstico de autismo, trastornos de personalidad y pruebas para ToM. Los resultados confirman un menor desempeño en las tareas de ToM en pacientes con TEA
Ma et al. (2019) China N= 60 niños (30 con TEA, 23 con discapacidad intelectual y 20 neurotípicos). Se aplicó la versión china de Peabody Picture, prueba de vocabulario revisada (PPVT-R), versión china de Raven's y matrices progresivas de color (CPM). Los niños con TEA mostraron deficiencias en medidas estándar de la ToM y es posible que usen otras capacidades cognitivas (memoria de trabajo) de manera compensatoria para mejorar el funcionamiento social.
Morrison et al. (2019) Estados Unidos N= 103 adultos con autismo y 95 control. Se administraron 11 tareas de cognición social que abarcan procesamiento de emociones, percepción social, la tarea de conciencia de inferencia social (TASIT) y prueba de lectura de la mente en los ojos (RMET) Los TEA presentan mayores dificultades en dos medidas de ToM: la tarea de conciencia de inferencia social (TASIT) y la tarea de insinuación.
Bast et al. (2019) Alemania N= 47 participantes (23 adolescentes con TEA y 24 neurotípicos). Se utilizó la prueba MASC y se evaluó la progresión de la dilatación de la pupila (EP). El grupo con TEA mostró un rendimiento menor en cognición social
Sasson et al. (2019) Estados Unidos N= 103 adultos con autismo sin discapacidad intelectual. Se utilizaron tareas para evaluar cognición social, habilidades neurocognitivas, habilidades sociales y funcionales basadas en el desempeño. La cognición social contribuye a las habilidades funcionales y sociales en adultos TEA, pero esta contribución puede ser más limitada e indirecta de lo que comúnmente se supone.
Isaksson et al. (2019) Suecia N=196 gemelos (uno o ambos gemelos han sido evaluados positivamente para TEA o trastorno por déficit de atención/ TDAH). Se utilizó la prueba MASC El TEA se relaciona con la cognición social, no solo con la atribución reducida del estado mental, que es una creencia extendida, sino también con la atribución excesiva del estado mental.
Berenguer et al. (2018) España N= 124 niños entre 7 y 11 años (22 con TEA y TDAH, 35 con TDAH, 30 con TEA y 37 neurotípicos). Se utilizaron pruebas para evaluar funciones ejecutivas (FES), inventario de teoría de la mente (ToMI) adaptado en versión española y el cuestionario de fortalezas y dificultades (SDQ) Los niños TEA y TDAH presentaron déficit en funciones ejecutivas y en medidas estándar de la ToM, lo cual debe considerarse en el diseño de los tratamientos.
Akechi et al. (2018) Japón N= 33 participantes con TEA (entre 7 a 24 años) y 45 sin TEA (entre 8 a 24 años). Se utilizó el cuestionario de comunicación social. (SCQ), escala de observación para el diagnóstico del autismo (ADOS) y la escala de inteligencia Wechsler Estos resultados ofrecen nueva evidencia de la cognición social, particularmente la concepción de la mente y la moralidad en el autismo.
Pallathra et al. (2018) Estados Unidos N= 29 adultos con TEA sin discapacidad intelectual. Se usaron evaluaciones que midieron motivación social, ansiedad social, la cognición social y las habilidades sociales y síntomas de TEA. Las medidas de motivación social demostraron correlaciones significativas con las categorías, excepto con la cognición social.
Zuluaga et al. (2018) Colombia N= 20 niños (10 con Asperger y 10 controles neurotípicos) entre 7 y los 11 años. Se utilizó la escala de prácticas parentales para adolescentes (PP-A) y pruebas para mediar ToM.: test de expresiones faciales, test de Sally y Ann (falsas creencias de primer y segundo orden), historias extrañas de Happé, Faux Pas y Test de Cociente de Empatía (EQ) y Sistematización (SQ) para niños Se confirman las alteraciones en cognición social en el TEA. No se encontró correlación entre la empatía y la ToM.
Murray et al. (2017) Inglaterra N= 20 adultos con TEA, 20 neurotípicos y 20 controles. Se utilizó la medida de cognición social "tarea de películas de historias extrañas" (SSFT). Los adultos con TEA tuvieron puntuaciones más bajas, lo que indica dificultades con la cognición social.
Jones et al. (2017) Inglaterra N= 100 adolescentes TEA Se aplicó prueba de falsa creencia, historias extrañas, escala de memoria infantil; animaciones de Frith-Happe; RMET, (tarea de leer la mente en los ojos) y funciones ejecutivas. El bajo desempeño en las tareas que evaluaron la ToM, mostró una asociación con las dificultades en comunicación social y patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento que presentan los adolescentes con TEA.
Schaller & Rauh (2017) Alemania N= 23 participantes con TEA. N= 22 adolescentes neurotípicos. Edad: 14 a 17 años. Se empleó escala de capacidad de respuesta social (SRS), entrevista de diagnóstico de autismo (ADI-R y ADOS) y escala de alexitimia (TAS-26). Los adolescentes con TEA muestran un déficit general en la cognición social independientemente de su esfuerzo en la tarea.
Hotier et al. (2017) Francia N= 44 adultos con TEA de alto funcionamiento y 36 controles. Se evaluó el desempeño en la prueba 'Leer la mente en los ojos', el tiempo de fijación en los ojos con seguimiento y la morfología de las ramas caudales del surco temporal superior posterior (pSTS) marcadores del neurodesarrollo con resonancia magnética estructural. El desarrollo neurológico del pSTS está relacionado con las deficiencias sociales del TEA.
Berenguer et al. (2017) España N= 52 niños con TEA alto funcionamiento y 37 niños neurotípicos. Se utilizó la sub prueba de vocabulario del WISC-IV, ToM: NEPSY-II: una evaluación neuropsicológica del desarrollo. Los niños con TEA mostraron más deterioro en las medidas de ToM, lo que sugiere la existencia de un profundo deterioro metarepresentacional en ellos.
Mazza et al. (2017) Italia N= 52 niños TEA Edad: 5 a 13 años. N= 55 niños neurotípicos Edad: 5 a 12 años. Un análisis de mediación evaluó si las habilidades de procesamiento de información social pueden estar mediadas por competencias de ToM. La ToM es importante en el desarrollo de las habilidades sociales y un déficit en este dominio en niños con TEA afecta su comportamiento social competente.
Pino et al. (2017) Italia N= 37 niños con TEA y 55 neurotípicos Se administró el TROG-2 (comprensión gramatical a nivel de la oración), Eyes- Task-simplified y tarea de tira cómicas (CST). Hay un desarrollo más lento en todas las medidas de ToM en niños con TEA, con un inicio tardío en comparación con los niños neurotípicos.
Müller et al. (2016) Alemania N= 56 adolescentes (33 TEA y 23 controles) Se aplicó la versión alemana del MASC, escala de inteligencia para niños, prueba de lectura de la mente en los ojos (RMET) y un cuestionario de empatía (EQ). Las mujeres adolescentes con TEA presentan menos deterioro en la cognición social que los varones, lo que está en concordancia con la teoría de una mayor capacidad de empatía en las mujeres.
Russo-Ponsaran et al. (2015) Estados Unidos N= 41 niños con TEA entre 6 y 14 años N= 159 niños neurotípicos (CI verbal ≥ 85) Se evaluó el procesamiento de la información social, el juicio pragmático de la evaluación integral del lenguaje hablado (CASL), historias extrañas de Happé y el reconocimiento de las emociones. Los niños con TEA tienen niveles más bajos de habilidades socioemocionales y en el procesamiento de la información social, lo que indica deficiencias en cognición social.
Hoffmann et al. (2015) Alemania Estudio 1 N= 25 participantes con TEA sin discapacidad intelectual y 25 controles sanos. Estudio 2 N=155 participantes masculinos (78 TEA y 77 controles sanos. Se utilizó el paradigma táctil (ETOP) y el MASC para cognición social. Se encontró que los pacientes con TEA mostraron deficiencias en el desempeño sociocognitivo.
Milosavljevic et al. (2015) Inglaterra N= 56 adolescentes con TEA y 32 sin diagnóstico. Se administraron escalas para la ansiedad, alexitimia, depresión, nivel de inteligencia, prueba de reconocimiento de afecto y ToM. Los resultados indican que no hay una asociación entre ToM y la alexitimia.
Hollocks et al. (2014) Inglaterra N= 90 adolescentes TEA entre 14 a 16 años con un CI >50. Se utilizaron el cuestionario de fortalezas y dificultades (SDQ), perfil de síntomas neuropsiquiátricos, escala abreviada de inteligencia, medidas de cognición social y FES. No se encontró relación entre cognición social, ansiedad y depresión.
Segura et al. (2014) España N= 21 pacientes TEA (20 hombres, 1 mujer) y 10 hombres neurotípicos sin enfermedad somática o neurológica, sin medicación. CI total > 70 Se les aplicó la prueba Reading the Mind in the Eyes (RME) y Las historias extrañas de Happé para ToM. El grupo de personas con TEA obtuvo puntuaciones más bajas en las tres tareas de ToM, lo que indica alteraciones de la cognición social en asociación con el fenotipo TEA.
Schuwerk et al. (2014) Alemania N =18 adultos con TEA y 19 grupo control. Se aplicaron dos tareas estándar explícitas de la ToM: prueba de historias y extrañas y lectura de la mente en los ojos y una tarea estándar implícita con la prueba de falsas creencias. Hay un déficit implícito de ToM evidenciado en el bajo rendimiento de la prueba de falsas creencias en el grupo TEA. Los comportamientos de mirada anticipatoria pueden verse afectados por la experiencia en esta población.
Callenmark et al. (2013) Suiza N= 9 adolescentes con TEA y 19 neurotípicos. Se aplicó la prueba de la historia de Dewey para cognición social. Las alteraciones de la cognición social en el TEA son principalmente de naturaleza implícita y una aparente ausencia de dificultades en la cognición social en ciertas pruebas explícitas no significa necesariamente la tipicidad de la cognición social en el TEA.
Oerlemans et al. (2013). Países Bajos N= 140 niños con TEA, 172 hermanos y 127 controles. Se administró una batería de tareas cognitivas que evaluaron la cognición social y FES. Hay una interrelación de la cognición social y las FES, pero no el estilo de procesamiento local, dentro de los individuos y dentro de las familias, lo que sugiere que estos dominios tienden a conservarse en las personas con TEA.
Eack et al. (2013) Estados Unidos N=43 adultos TEA, 47 con esquizofrenia y 24 voluntarios sanos. Se administró una batería neuropsicológica integral y una batería sociocognitiva de procesamiento de emociones. No se observaron diferencias significativas entre las personas con TEA y esquizofrenia en ninguno de los dominios. Las áreas de mayor deterioro fueron idénticas en ambos trastornos e incluyeron lentitud en la velocidad de procesamiento y dificultades en cognición social.
McCabe et al. (2013) Estados Unidos N= 65 adolescentes (14 TEA, 20 con SD22q11 y 31 controles neurotípicos). Se utilizó la escala de inteligencia, el cuestionario de fortalezas y dificultades para padres, el cuestionario de comunicación social (SCQ) y el SDQ para problemas con compañeros. Estos hallazgos proporcionan evidencia de un patrón divergente de disfunción de la cognición social en el autismo y el SD22q11.
Sasson et al. (2012) Estados Unidos N= 74 estudiantes de pregrado TEA. Se aplicó el cuestionario amplio del fenotipo del autismo, tareas sociocognitivas y una interacción social en vivo con un asistente de investigación. Los rasgos generales del fenotipo del autismo social se asociaron significativamente con déficits en la cognición social y habilidades sociales reducidas.
Suecia N=53 participantes con TEA, 36 con psicosis esquizofrénica y 50 controles no clínicos. Se utilizó la prueba de lectura de la mente en los ojos y la tarea de animaciones para medir cognición social. Se confirma un déficit en la cognición social en personas con TEA y esquizofrenia, encontrando resultados similares.
Ricketts et al. (2012) Inglaterra N=100 adolescentes con TEA entre 14 y 16 años. Se evaluó el reconocimiento de palabras, el lenguaje oral, la comprensión de lectura, el comportamiento social y la cognición social. El reconocimiento de palabras, el lenguaje oral y los déficits en cognición social pueden limitar la comprensión lectora en adolescentes con TEA.
Chan et al. (2011) China N= 20 niños (9 con TEA de alto funcionamiento y 11 con Asperger) y 20 controles de la misma edad. Se aplicó la tarea de atribución social convencional (SAT), una versión modificada con animales en lugar de formas (mSAT) y una batería de pruebas neuropsicológicas. Los niños con TEA tuvieron afectación en atribución social, la cual se encontró relacionada con la capacidad de FES en este grupo. Se encontró peor desempeño en índices de ToM en el mSAT en el grupo TEA.
Fuente: elaboración propia

Las habilidades y los dominios que requieren las interacciones sociales, pueden considerarse el punto de partida del presente artículo, por cuanto los investigadores ponen en evidencia una de las principales dificultades en el TEA en niños, adolescentes y adultos, como son las alteraciones en la cognición social (Boada et al., 2020; Booules- Katri et al., 2019; Pérez-Vigil et al., 2021), que dan cuenta de las dificultades que presentan en el comportamiento social, en habilidades socioemocionales y en el procesamiento de la información social necesarias para una interacción social adecuada. Además, se ha encontrado que las alteraciones en la cognición social se asocian con una deficiencia en el desarrollo neurológico del surco temporal superior posterior (pSTS) (Hotier et al., 2017).

Así mismo, estos estudios muestran que hay una relación entre los procesos de cognición social alterados y el funcionamiento ejecutivo (Eack et al., 2013; Oerlemans et al., 2013) y evalúan las posibles variables emocionales, como motivación social, depresión, ansiedad o alexitimia, que puedan interferir o mediar en las alteraciones de la cognición social, encontrando que no hay relación alguna entre estas (Hollocks et al., 2014; Milosavljevic et al., 2015; Pallathra et al., 2018).

Tabla 2
Estudios que analizan instrumentos para la evaluación de la cognición social en el TEA
Autor/año País Muestra Metodología Resultados
Livingston et al. (2021) Inglaterra Estudio 1 N = 285 participantes. Se desarrolló una versión en línea de la prueba. Estudio 2 N = 339 participantes. Los datos en línea se compararon con los recopilados en un entorno de laboratorio. Estudio 3 N = 231 participantes La nueva prueba en línea se administró posteriormente a adultos con TEA y controles neurotípicos. Se desarrolló una versión en línea y otra de laboratorio dividida en tres momentos de la prueba de animaciones Frith-Happé que evalúa ToM. La prueba Frith-Happé podría administrarse con éxito para evaluar las dificultades de los adultos con TEA para comprender intenciones comunicativas de otras personas.
Simmons et al. (2020) Estados Unidos N= 50 participantes entre 10 y 16 años con TEA. Ensayo clínico aleatorizado. Se encontró validez interna de la evaluación contextual de habilidades sociales (CASS) y, parcialmente, una validez externa del CASS como medida de la cognición social en TEA.
Hess et al. (2017) Estados Unidos N= 5 adolescentes de 16 a 17 años con TEA o síndrome de Asperger. Se utilizó la cuadrícula de repertorio, prueba de inteligencia no verbal (TONI-3), Peabody picture vocabulary test (PPVT-4) y la evaluación clínica de los fundamentos del lenguaje (CELF5). Las cuadrículas de repertorio pueden proporcionar información adicional centrada en la persona para evaluar la cognición social en personas con TEA.
Brewer et al. (2017) Estados Unidos N= 163 con Asperger o TEA, entre16 y 62 años y 80 personas con desarrollo típico entre 17 y 59 años. CI. Este estudio proporcionó datos psicométricos para la medida de la teoría de la mente de adultos (A-ToM) utilizando escenarios de video ​​a través de una adaptación y extensión de la prueba de historias extrañas de Happé. La escala social A-ToM es instrumento con un potencial considerable para su uso con adultos con TEA como un indicador de los tipos de déficits que pueden limitar la capacidad de adaptación de sus interacciones sociales en una variedad de situaciones.
Lera-Miguel et al. (2015) España N= 29 niños y adolescentes con TEA de alto funcionamiento y 25 controles de desarrollo típico. Sexo: masculino. Se administró una batería que incluyó prueba de inteligencia, cuestionarios para padres sobre síntomas del autismo y el funcionamiento habitual de los casos y controles, la administración del SEL-español y una tarea de ToM. Los resultados apoyan la validez del SEL-español en la evaluación de la ToM en niños y adolescentes varones españoles con TEA.
Lahera et al. (2014) España N= 22 adolescentes y adultos jóvenes con Asperger. N=26 participantes neurotípicos. Se utilizó la película para la evaluación de la cognición social (MASC-SP) y otros tres instrumentos de cognición social. Se concluyó que El MASC-SP es una herramienta ecológicamente válida y útil para evaluar la cognición social en la población española con Asperger.
Hanley et al. (2014) Reino Unido N=17 niños con TEA entre 7 y 12 años. Se realizó una simulación semiestructurada con un casco de seguimiento ocular, el cual tenían los participantes mientras veían una simulación de un acto de magia. La configuración experimental fue diseñada de tal manera que se minimice la distracción visual. Este estudio muestra las oportunidades disponibles para futuras investigaciones que utilicen el seguimiento ocular, ya que se puede vincular a problemas más amplios de cognición social y funcionamiento diario en TEA.
Fuente: elaboración propia

Por otro lado, las investigaciones revisadas describen, en menor medida, instrumentos de evaluación de la cognición social en el TEA; sin embargo, cabe mencionar que los investigadores en el área pueden incluir en sus protocolos de evaluación las pruebas, escalas y baterías que emplearon en cada de uno de los estudios mencionados, para la evaluación de la cognición social, la teoría de la mente, funciones ejecutivas, ansiedad, depresión, alexitimia entre otros.

Tabla 3
Estudios que analizan la eficacia de intervenciones en la cognición social en el TEA
Autor/año País Muestra Metodología Resultados
Yang et al. (2018) Estados Unidos N= 17 adultos jóvenes con TEA de alto funcionamiento. Se realizó un entrenamiento de cognición social a través de realidad virtual. Este estudio proporciona de forma preliminar, algunas de las primeras pruebas de la neuroplasticidad en adultos con TEA a través de una intervención virtual en las regiones del cerebro que están estrechamente vinculadas a las habilidades sociales.
Soorya et al. (2015) Estado Unidos N= 69 niños con TEA, de 8 a 11 años de edad, con un coeficiente intelectual verbal >70. Este ensayo aleatorio examinó la eficacia de NETT (comunicación no verbal, reconocimiento de emociones y entrenamiento de ToM) en relación con un grupo de juego facilitado. Los grupos de habilidades como NETT (comunicación no verbal, reconocimiento de emociones y entrenamiento de ToM) mejoran los déficits de comunicación social en niños escolares con TEA.
Kandalaft et al. (2012) Estados Unidos N= 8 adultos jóvenes con TEA de alto funcionamiento entre 8 y 26 años de edad y un CI promedio o por encima del promedio. Se llevó a cabo mediante un programa de intervención de habilidades sociales por medio de un programa de realidad virtual. Después del entrenamiento de realidad virtual, se encontró un aumento significativo en las medidas de cognición social de la ToM, el reconocimiento de emociones y el funcionamiento social y ocupacional de la vida real.
Flood et al. (2011) Reino Unido N= un grupo de niños y adolescentes con Asperger y un grupo neurotípico entre 11 y 15 años. Se utilizó un diseño de grupo emparejado utilizando una entrevista de procesamiento de información social de Crick y Dodge, previamente diseñada para este propósito. El estudio apoya el uso de enfoques normativos de procesamiento de información social para comprender el funcionamiento de cognición social en los TEA.
Fuente: elaboración propia

Finalmente, se hallaron pocos estudios que abordan intervenciones sobre la cognición social en población TEA. Entre ellos, se encontraron programas de entrenamiento por medio de realidad virtual, que proponen esta herramienta para mejorar las habilidades sociales, la cognición social y el funcionamiento en personas con autismo (Kandalaft et al., 2012; Yang et al., 2018).

Discusión

El objetivo del presente artículo es proporcionar una visión global de la literatura existente sobre la relación entre el trastorno del espectro autista y la cognición social. Como se observa en la Figura 2 del texto, en los últimos cinco años hay un interés mayor por parte de los investigadores en estudiar la relación entre la cognición social y el TEA, lo que puede estar asociado al incremento en el diagnóstico del mismo en los entornos educativos y, a su vez, al interés de los clínicos, familiares y docentes por comprender esta condición que es multicausal y con diferentes manifestaciones clínicas, lo que la hace más compleja.

Ahora bien, el estudio de la cognición social en el TEA es una aproximación a los intereses investigativos que evidencian que las alteraciones en los procesos de cognición social (que involucran los dominios de percepción social, el conocimiento social, el estilo de atribución, el procesamiento emocional y la teoría de la mente) son la explicación al déficit en la interacción social en las personas con TEA. Y al ser este el principal síntoma, los investigadores buscan aproximarse al entendimiento del funcionamiento de estos procesos, los cuales están implicados en la identificación de claves socioemocionales que requieren del reconocimiento, la comprensión y la regulación emocional. Asimismo, la teoría de la mente requiere de procesos e inferencias que implican la capacidad de identificar la ironía, el sarcasmos y/o las insinuaciones. Por otra parte, los estudios de las estructuras cerebrales implicadas en estos procesos cognitivos y motivacionales brindan información pertinente para el diseño y construcción de estrategias de intervención, que puedan potenciar tempranamente las habilidades sociales y contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de estas personas y de sus familias.

Cabe resaltar que en las investigaciones que se analizaron en este artículo se observa que en el año 2021 hubo un descenso significativo de publicaciones sobre el tema, debido quizás a un mayor interés de los investigadores por temas emergentes, como la pandemia por covid-19 que ha afectado a la población mundial. Ahora bien, respecto a los lugares de publicación, se ve reflejado un número mayor de publicaciones en Estados Unidos, lo cual coincide con el reporte del año 2020 del Centers for Disease Control and Prevention, que expone que este país es el que presenta mayor prevalencia de casos de autismo. También se evidencia que Latinoamérica tiene un déficit de publicaciones respecto al tema, encontrándose solo un estudio realizado en Colombia. Lo anterior muestra la necesidad de realizar más estudios en países latinoamericanos que permitan comparar los resultados con los de otros países y continentes. Igualmente, las bajas publicaciones sobre el tema pueden estar ligadas a la falta de caracterización de la población objeto de estudio, además de que las investigaciones consultadas no cuentan con un número significativo de participantes que permitan generalizar los resultados.

De igual forma, en el análisis de los estudios revisados, queda en evidencia y se confirma que el déficit en habilidades sociales en las personas con TEA se debe a las alteraciones en la cognición social. Es importante mencionar que los hallazgos muestran que la memoria de trabajo puede ser utilizada como estrategia compensatoria al déficit en teoría de la mente, en cuanto a la dificultad de inferir un estado mental en el otro; así pues, la memoria de trabajo permite retener información previa y acceder a esta en el momento de la interacción social (Ma et al., 2019). Ahora bien, otros hallazgos de la investigación arrojaron que: tener hermanos ofrece oportunidades para que los niños con autismo practiquen las habilidades enseñadas en el contexto familiar (De Veld et al., 2020); la edad es como un efecto protector sobre la teoría de la mente (Zıvralı Yarar, et al., 2020) y se encontró una interrelación entre cognición social y las funciones ejecutivas, específicamente en inhibición y flexibilidad cognitiva (Oerleman, et al., 2013).

En cuanto a las variables afectivas, la alexitimia se asoció con las dificultades de empatía (Zıvralı Yarar, et al., 2020), mas no con la teoría de la mente (Milosavljevic, et al., 2015). De igual forma, en uno de los estudios se encontró un efecto mediador del género en la cognición social, encontrando que las mujeres tienen menos deterioro que los hombres (Muller et al., 2016); sin embargo, esta apreciación se contradice con los hallazgos de Issaksson et al., (2019) los cuales no encontraron asociación alguna con el género.

No obstante, se observa una tendencia alta de los estudios por investigar sobre las alteraciones en la cognición social en el TEA y, en menor medida, investigaciones que se centran en instrumentos de evaluación e intervención; esto puede explicarse por la falta de estudios longitudinales que permitan evaluar la efectividad de los tratamientos, siendo esta una necesidad primordial para la evolución de las intervenciones, teniendo en cuenta la aplicación de las tecnologías de la información y de las comunicaciones (Tics) en la actualidad, y siendo los programas de realidad virtual prometedores a la hora de intervenir.

A partir del análisis de las investigaciones consultadas, se recomienda a futuros investigadores en el área realizar estudios que diseñen, desarrollen e implementen intervenciones orientadas al entrenamiento en estas alteraciones, las cuales son predictoras de un tratamiento oportuno que brinde una calidad de vida. También se recomienda desarrollar investigaciones que evalúen la eficacia de dichas intervenciones terapéuticas, para orientar a aquellos profesionales que trabajan en el área del neurodesarrollo con población diagnosticadas con TEA. Igualmente, sería interesante proponer estrategias dirigidas a las familias y docentes para reforzar habilidades sociales en casa y en el contexto escolar.

Conclusiones

Se concluye que las alteraciones en la cognición social hacen parte de las principales dificultades de las personas con trastorno del espectro autista, lo cual explicaría las deficiencias que presentan en la comunicación social. Se identifica un vacío de las investigaciones frente a estrategias, técnicas y programas de intervención para la adquisición de estas habilidades y la validación de los instrumentos de evaluación acorde al contexto sociocultural.

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